lunes, 2 de octubre de 2017



UNA GRAN OPORTUNIDAD



La barahúnda de información con la que nos están saturando, especialmente estos días, no es más que humo y ruido, un humo y un ruido que nos impide ver lo que subyace de fondo. El régimen del 78 está literalmente descomponiéndose. En esa descomposición, y como en un último intento por sobrevivir, no hace sino huir hacia delante. En esa huida va arrasando todo lo que encuentra a su paso incluida la propia nación.

Es tal el grado de corrupción moral del sistema que da la sensación de que no hay ley, que nada importa. Desde carlistas matritenses pensamos todo lo contrario. Es ahora cuando la sociedad civil debe tomar las riendas del gobierno de la nación. Cuando hablamos de la sociedad civil nos referimos a todos esos ciudadanos que no están dentro de las estructuras gubernamentales ni que dependen de ellas y sus subvenciones. Necesitamos un movimiento civil que no sea fagocitado por ningún partido político ni caiga en manos de cualquier movimiento que anteponga sus objetivos al bien común.

Ningún partido político, ni ninguno de sus tentáculos pueden solucionar los problemas por los que atraviesa España por mucho que ofrezcan respuestas a lo que está ocurriendo. Esas respuestas no son sino soluciones para su propio beneficio y supervivencia, nada más.

Debemos demandar una verdadera democracia donde la división e independencia de los poderes sea real y donde se construya desde abajo hacia arriba. No debemos olvidar que como nación política somos sus ciudadanos los que tenemos la soberanía y debemos ejercerla.

Es hora de que esa sociedad civil que ha permanecido silenciada y en muchas ocasiones maniatada reaccione, se levante contra un régimen que ya no representa a nadie y pida cuentas tanto a los partidos como a las oligarquías que nos han llevado a esta lamentable situación tanto a nivel político como económico.

Unámonos pues y dejemos de lado las diferencias, busquemos el bien común y el buen gobierno. De los enfrentamientos y polarizaciones solo se benefician ellos y a nosotros nos dividen, nos debilitan cada vez un poco más. Intentemos mirar más allá. Nos hacen creer lo contrario pero está en nuestras manos y es nuestra responsabilidad.



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